Aunque nunca entró en vigor, el acuerdo fue ratificado por 178 países, incluidas las potencias nucleares Francia y Reino Unido, y tiene un valor simbólico.
Los venezolanos no podemos esperar sentados que el país se arregle sentados. Hay que participar. La Constitución nos da caminos: exigir al Estado que haga lo suyo, a los funcionarios lo propio e insistir en que las partes dialoguen para llegar a acuerdos a favor de todos, y votar.
Ya la Asamblea Nacional y el pueblo han descalificado al personaje, por tanto es necesario buscar una fórmula coherente y seria que nos ayude a escaparnos de estos cancerberos.