Acosta murió mientras estaba custodiado por la Dgcim. La oposición insiste en que fue torturado hasta ser asesinado y, luego, su cadáver enterrado sin autorización de la familia.
En el grupo de sancionados, cuatro están directamente implicados en la muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta, quien murió en junio bajo la custodia de las autoridades venezolanas.
Todos ellos trabajan en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), cuerpo de seguridad al que la oposición venezolana acusa de torturar hasta la muerte al capitán de corbeta Rafael Acosta.
“La detención políticamente motivada y la trágica muerte del capitán Rafael Acosta fueron injustificadas y son inaceptables”, ha dicho el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un comunicado.
“Exigimos la entrega del cuerpo del capitán Acosta a su viuda de acuerdo a los procedimientos legales establecidos y los principios de la más básica humanidad”, reclamó la OEA a través de su secretario general. El régimen no acató.
“Por más de 40 días no supimos de su paradero y, cuando logramos saber de él, conocimos que fue golpeado con barrotes de madera”, señaló la esposa de uno de los apresados.
“Urjo a las autoridades a llevar a cabo una profunda investigación -que incluya una autopsia que siga los estándares internacionales- que sea independiente y transparente”, pidió la alta comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos.
El servicio diplomático ha enfatizado que la muerte ocurrió cuando el capitán estaba bajo custodia militar.
El presidente encargado exhortó a los venezolanos a salir a la calle el 5 de julio.