
La autoridad aeronáutica dominicana indica que el caso venezolano se revisó el 14 de diciembre de 2022 y que entonces se había decidido mantener las restricciones de vuelo a la aviación civil procedente de Venezuela.
La medida entró en vigencia a partir del 1 de enero, de acuerdo con información dada a conocer por el Instituto Aeropuerto Internacional de Maiquetía, a través de su cuenta en Twitter.
Algunos pasajeros, provenientes del exterior, relataron que la brigada sanitaria en el sitio no orienta sobre las medidas preventivas y solo se preocupan por solicitar el código QR del laboratorio que realiza la prueba PCR, la cual tiene un costo de 60 dólares americanos.
Los migrantes retornados esperan hasta seis días o más para ser trasladados hasta un albergue en Puerto Ordaz. Denuncian que militares cobran 30 dólares por llevarlos, pese a que debe ser gratuito. | Foto cortesía
El laboratorio privado, de nombre Casalab 2000, hará la prueba PCR para el descarte del coronavirus y la misma tendrá un costo de $ 60, que deberá ser cancelada en efectivo.
Venezuela es el país que hace menos pruebas de diagnóstico de Latinoamérica y el penúltimo del mundo antes que Indonesia, entre los países que reportaron públicamente la cantidad de pruebas PCR realizadas durante el mismo momento de su epidemia. Los resultados tardan al menos una semana en llegar a los pacientes y muchos mueren sin saber su diagnóstico.
Dylan y sus padres entraron a la ambulancia que los esperaba fuera del hospital. Los llevaría de vuelta a casa. Dylan miró a las mujeres y hombres en batas blancas, reunidos en la calle para verlo partir. El niño levantó la mano. La agitó de una lado a otro. Dylan les dijo adiós.
Una falla eléctrica dejó sin luz al centro privado durante 12 horas, por lo que un cadáver en el área COVID-19 de la clínica estuvo sin refrigeración por ese periodo. La clínica volverá a abrir sus puertas este viernes tras la desinfección de todas las áreas.
A pesar de que las clínicas privadas están obligadas a recibir a pacientes sospechosos o positivos de COVID-19, la mayoría no cuenta con suficiente oxígeno. Las empresas que les despachaba se fueron del país.
Carlos Cabello tuvo que enfrentar la angustia e incertidumbre mientras esperaba la prueba PCR que confirmaría si tenía COVID-19 o no. Murió sin contar con los insumos que necesitaba para sobrevivir al virus.