
Conductores afirman que con el cobro de un pasaje a 30 bolívares se les hace imposible llenar el tanque de gasolina y también de llevar los alimentos a sus casas.
La reacción de los mercados ante la posibilidad de una importante devaluación en Venezuela y un desplome de los ingresos recibidos por Miraflores ha suscitado una brecha cambiaria del más del 40%.
Los datos resaltan que el salario mínimo venezolano, que permanece en 130 bolívares, solo cubre 0,4% del valor total de la canasta. Lo que obliga a los ciudadanos a requerir 243 salarios mínimos para costear la alimentación básica de una familia de cinco personas.
Desde el pasado mes de julio del año 2024, en el contexto poselectoral, especialistas explicaron que las inyecciones de divisas hechas por el Estado venezolano para estabilizar el dólar oficial han sido insuficientes, debido a una alta demanda de dólares en el país.
La carne de res es un producto indispensable en la cesta básica, no solo por las proteínas que aporta, también forma parte de la dieta tradicional del venezolano. A pesar de esto, el acceso a este producto se ha visto afectado por la crisis económica, la alta inflación, la devaluación de la moneda y la disminución de la producción nacional.
Desde el año 2022, representantes de la estatal prometieron elevar la producción a un promedio de un millón de barriles diarios, sin embargo, hasta la fecha no han podido cumplir la oferta.
Trascendió que la agroindustria del vecino país viendo la diferencia que existe, presuntamente están comprando café en Venezuela, aumentando así sus ganancias.
“A nosotros los proveedores no nos reciben bolívares. En estos días me pasó: fui a pagar el agua a Hidrosuroeste. Cargaba dos mil bolívares en el bolsillo y no me los recibieron”, afirmó Mogotocoro.
La brecha entre el oficial y el paralelo se ubica alrededor de 20%, para los especialistas “esto es una distorsión” nociva para la economía, que podría derivar en una aceleración de la inflación y también en el riesgo de que la economía vuelva entrar a recesión, un ciclo del que salió en 2021 cuando el producto interno bruto detuvo su caída.
Medina ratifica que desde el sector esperan que, manteniendo ellos sus precios, se respeten estos índices para los consumidores.