En casi dos décadas desde la instauración del pranato en Venezuela, el Observatorio Venezolano de Prisiones encontró que “la opacidad de información ha sido una política de Estado característica”.
Aseguró que el objetivo del 2024 debe ser lograr que las 83 cárceles estén bajo un régimen penitenciario verdadero.
Según el observatorio, las instalaciones no cuentan con las medidas de seguridad necesarias para resguardar a los líderes de bandas delincuenciales; por lo que la organización se preguntó sobre los criterios del Estado para elegir los penales que serían intervenidos.
De acuerdo con Remigio Ceballos, entre lo incautado en el operativo había 43 armas cortas, dos escopetas, cinco subametralladoras, una granada fragmentaria y 10 bombas lacrimógenas, 89 cargadores y un lanza granada.
Familiares exigieron a las autoridades información y que aquellos que son del estado Bolívar se mantengan en la entidad hasta cumplir su condena.
ONG han denunciado que la intervención de estas prisiones solo agravará el hacinamiento en otros recintos y no resuelve los problemas estructurales del sistema penitenciario venezolano.
La ONG recordó que han denunciado “la existencia del pranato mixto, pues ya los reos venezolanos no solo sufren bajo el poderío nefasto de los pranes sino que ahora también deben lidiar con funcionarios corruptos que cobran en dólares”.
El Observatorio Venezolano de Prisiones exigió al gobierno de Maduro a mostrar los rostros de los principales líderes del Tren de Aragua.
Lucy, esposa de Wilmer, ha denunciado que los cuerpos de seguridad del Estado no llegaron a una conclusión firme, sino a comentarios sobre su presunta muerte a manos de los jefes de bandas de delincuentes en las minas de Delta Amacuro.
El observatorio aseguró que el poder de los pranes “trasciende las paredes de las cárceles” y los convierte en jefes de estructuras criminales que usan delitos como las extorsiones y los asesinatos para atacar a la ciudadanía en general.