No hay ni buen, ni mal ladrón, en “Pasión y Crucificción, según la RoboLución”. Todos son choros, por igual. Desde el raso hasta el muy encumbrado. Sin matices. A calzón quitao. Incorregibles. Insaciables. Con furor de Mesalina en lo de meter mano en la Tesorería Pública.