Lo más alejado de la política son los mesías, quienes no quieren ser confundidos con seres terrenales de probada inferioridad. Su reino no es de ese mundo: el de ellos es el de la antipolítica.
Los venezolanos hemos experimentado en carne viva que las dictaduras tienen otros códigos, que hacen evidente que la centralización y concentración del poder destruye toda institucionalidad.