
140 mil hectáreas de bosque se perdieron en la Amazonía venezolana por las actividades extractivas en el Arco Minero del Orinoco, según la organización SOS Orinoco.
Lisa Henrito, capitana de la junta directiva saliente, afirmó que continuará trabajando en la formación para el empoderamiento de los pueblos indígenas.
Zoila Martínez explica que ahora hay sedentarismo y el monocultivo ha agotado los nutrientes, haciendo más vulnerables nuestros suelos.
Vía comunicado, la Capitanía General del Sector II Kamarata-Kanaimö denuncia además la afectación ambiental que causa al río Carrao la práctica de la actividad minera ilegal en el parque nacional.
Las plataformas descomunales o dragas, operadas por guyaneses y brasileños, conocidas también como “misiles” por la fuerza con la que excavan el fondo del cauce, han llegado al nativo pueblo pemón y podrían causar una destrucción nunca antes vista.
Según la información recabada, poderosos grupos criminales llegaron a la Amazonía a controlar lucrativas rutas de tráfico de drogas y se quedaron a traficar también con oro.
La ONG aseguró que el pueblo pemón está en contra de toda minería dentro del Parque Nacional Canaima. Asimismo denunció que el campamento turístico Uruyen parece ser una fachada para facilitar la entrada de grupos armados.
Desde el mismo momento en que el Ejecutivo nacional creó el Arco Minero, los derechos humanos de quienes viven en las zonas de influencia, como Canaima, empezaron a sufrir las consecuencias de la minería ilegal.
La medida es ratificación de las decisiones tomadas después de la controversial fiesta en el tepuy, donde uno de los personajes más excéntricos en acudir fue Osmel Sousa, y otros empresarios ligados al gobierno de Maduro.
El Consejo de Ancianos del sector VI Akurimó, municipio Gran Sabana, celebró el primer juicio indígena, de acuerdo con sus usos y costumbres, a los 12 pemones acusados de terrorismo por asalto al parque de armas, en diciembre de 2019.