
Hasta los momentos quedan dudas sobre cómo será el proceso de venta y si dicha empresa se responsabilizará de la logística de distribución de combustible.
Hasta los momentos se desconoce si las gasolineras serán manejadas por el Estado o entregadas por privados en el intento del gobierno de importar gasolina con mayores facilidades.
Entre los puntos mencionados, está la incapacidad de costear el mantenimiento de las estaciones y el pago de los trabajadores al vencer los tres meses del subsidio de la nómina pautado con el Ejecutivo, y la incoherencia que representa una inversión como la del sistema digital de cobro “biopago” sin estrategias para mejorar el servicio y sus mecanismos de venta.