Más de 40 personas, entre luminitos, sonido, audiovisuales, vestuario, utilería y maquillaje, hicieron posible esta impresionante obra de teatro.
La docente especializada en artes escénicas asevera que su pasión por la enseñanza y el baile fueron la dicotomía idónea para entender la importancia del folklore, el papel del maestro en la motivación estudiantil y la importancia de educar en valores.
A sus 75 años, Mariel Jaime Maza recoge las bondades de haber dedicado su vida a su gran amor: el teatro. En sus palabras no le faltó nada para estar completa, ya que el escenario le dio todo lo que necesitaba.