Guaidó tiene caminos abiertos en todas direcciones. El mundo civilizado y demócrata lo apoya. Los otros han cerrado todos los suyos. No tienen dónde ir. Saben que dondequiera que vayan, la justicia los alcanzará.
Cuando se quiere definir un conflicto a distancia y sin tener el apoyo suficiente de los pueblos, puede suceder lo que a India y Pakistán dividida por los ingleses en 1947 sobre una mesa, un mapa y una regla que trazó los límites de castas y religiones.