Desde el equipo de análisis e incidencia internacional en derechos humanos aseveraron que “si los gobiernos y los organismos internacionales se dejan atrapar por el discurso de la normalización, el 10 de enero puede venirse sobre ellos como una bofetada, pues Maduro hará lo que sea por mantenerse en el poder”.
El Estado venezolano sigue en deuda con los pueblos indígenas no solo desde el punto de vista de los servicios básicos, alimentación y educación intercultural bilingüe, sino también desde aspectos claves como el derecho a su idioma.
Es oportuno recordar que ni Chávez, ni Maduro ejercieron la soberanía y la defensa del territorio al cual estaban obligados a proteger como era su deber, ya que el reclamo histórico y bien documentado estaba bien sustentado.