
Negándose a respetar los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio, que fueron validados por expertos del Centro Carter, la administración de Maduro goza ahora de menos estabilidad que lo hace más dependiente de la fuerza y la represión.
Este día de la mujer de 2020 nos encuentra hundidos “en el reino de la ternura” y su dulce y bondadosa cúpula podrida les habla a las hembras fértiles, para exigirles que le paran seis carajitos a la patria.
El quehacer en política tiene sus momentos útiles, sus oportunidades, sus instantes de pertinencia que no se repiten y contrastan con la impertinencia, la imprudencia, la inoportunidad, la importunidad de quienes no calzan como líderes, y acaso sirven como candidatos sempiternos. El tiempo dilapidado, que es el tiempo de la ciudad, no del político, en efecto, deja a la vera buenas intenciones y “cadáveres insepultos”.