Con la conmemoración del Día Mundial del Sida se busca poner fin al estigma y la discriminación, y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el VIH en el mundo. Según registros de Onusida, alrededor de 5,4 millones de ciudadanos no sabían que estaban viviendo con el VIH en 2023.
Las comunidades indígenas enfrentan desigualdades estructurales que limitan su acceso a la atención médica adecuada. Las personas indígenas a menudo son objeto de estigmatización, lo que puede disuadirlas de buscar pruebas o tratamiento para la enfermedad.
Según el más reciente reporte del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (Onusida) se estima que unas 110 mil personas viven con el virus, de las cuales, 72 mil conocen su estatus y solo 54 mil están en tratamiento antirretroviral.
De acuerdo con un informe del organismo actualmente en Venezuela hay al menos 100 mil personas que están infectadas con el virus y en 2021 se registraron 6 mil casos entre los 25 y 49 años.
La organización advierte que habrá más de 7 millones de muertes por sida en los próximos 10 años y plantea cinco elementos “críticos” que deben aplicarse pero que no cuentan con la financiación y prioridad suficiente.
La escasez de medicinas ya hacía cuesta arriba la recuperación de los pacientes con enfermedades crónicas como el cáncer, lupus y VIH. Con el cierre de fronteras y sin gasolina, se intensifica el ya reducido acceso al tratamiento.