Desde Portuguesa afirmó que el chavismo se mantiene cohesionado y “sin fisuras”, al igual que señaló que gracias a su intervención no ocurrió una guerra civil en el país cuando el Parlamento estuvo controlada por la oposición.
Ser un escarrastrao no es pecado, en lo absoluto, es una manera liberal de vivir sin ataduras, permisada por la nomenclatura, en algunos casos requisito de la oligarquía reinante.