Los especialistas señalan que mantener una productividad petrolera por encima de los 500 mil barriles diarios, sería la alternativa para lograr levantar de a poco la economía. | Foto William Urdaneta
Alimentarse es cada vez más difícil en un país hiperinflacionario, donde el salario mínimo oficial sigue anclado en 1.200.000 bolívares, cuando adquirir una canasta de 60 productos alimenticios tiene un costo de 282,6 dólares. | Foto William Urdaneta
El BCV reportó que la variación de precios, en medio de un ciclo hiperinflacionario, fue de 46,6% en enero, una caída con respecto a diciembre pasado, que cerró con 77,5%.
El sector comercial experimentó una caída de 20% principalmente por problemas de suministro de combustible que impiden que se puedan movilizar las cargas desde algunas ciudades del país y por restricciones a la movilidad producto de la COVID-19.
El balance anual sobre el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) revela que Venezuela cerró 2020 con una inflación acumulada de 3.713%, cifra por mucho menor a la registrada en 2019. Aun así, el salario mínimo sufrió una caída histórica.
Observatorio Venezolano de Finanzas ubica la inflación acumulada hasta octubre en 1.798,57%, mientras que la variación de precios del pasado mes sobrepasaba el 23%.
Un venezolano necesitaba percibir 229,58 salarios mínimos en agosto para adquirir una canasta alimentaria estimada para una familia de cinco miembros, precisó el Cendas en su más reciente balance.