Se trata de un premio conjunto al activista bielorruso Ales Bialiatski y las organizaciones rusa Memorial y la ucraniana Centro para las Libertades Civiles.
En 1986, tras la muerte de Konstantín Cherchenko fue elegido como secretario general del Partido Comunista, el más alto cargo en la Unión Soviética.
“Consciente de su servicio al evangelio a través de la promoción de la igualdad racial y la reconciliación en su Sudáfrica natal, su santidad encomienda su alma a la misericordia amorosa del Dios todopoderoso”.
El Comité Noruego del Nobel destacó los esfuerzos de ambos “para salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera”.
Donald Trump fue propuesto -¡por segunda vez!- como candidato al Nobel de la Paz por un diputado noruego de nombre difícil y largo y de derecha… No habría por qué extrañarse ni alarmarse mucho.