Teníamos razón. Ahora sólo somos llanto y exilio, diáspora sin otra identidad que el dolor. Entre tanto, los boricuas, con desplante y talante dicen, ¡no somos Venezuela!
Según la publicación de un diario italiano, la misiva va dirigida al “excelentísimo señor” y no al “presidente” Nicolás Maduro Moros.