El hermetismo gubernamental sobre el hallazgo de los venezolanos fallecidos al intentar huir de la crisis, vía marítima por Güiria hacia Trinidad y Tobago, impide conocer el alcance de la tragedia.
Théodore Géricault fue uno de los abanderados del romanticismo, y su obra La Balsa de la Medusa, de 1819, es una representación auténtica. Por sus tonalidades lúgubres y oscuras, refiere a la nocturnidad como uno de los escenarios secretos de la experiencia humana y la fuente de las fuerzas psíquicas más aterradoras.
Las víctimas intentaban llegar a la isla caribeña cuando se produjo el accidente. Las autoridades lograron rescatar a dos sobrevivientes, entre ellos una mujer y el capitán de la motonave.