
Como cubano, víctima del comunismo hasta el sacrificio total, recuerda Payá que “el ataque, con abierta y manifiesta intención aniquiladora, fue masivamente contra la moral, la cultura y la memoria nacional, que era esencialmente cristiana”.
El socialismo del siglo XXI, perspicaz, al ponderar su experiencia de 30 años, en 2019 cambia de vestido y se hace progresista, para seguir simulando.
El muro de Berlín, esa mole de 3,6 metros de altura hecha de hormigón armado y que se extendía como una profunda herida de 155 kilómetros a lo largo de la ciudad, cobró la vida de más de 270 personas en los 28 años de su vergonzosa existencia, llegándose a convertir en el símbolo de lo que más nunca debe volver a repetirse.