
“Mi música nunca será un opiáceo para tranquilizar a una nación traumatizada o perpetuar mitologías políticas violentas”, aseveró la pianista venezolana.
La venezolana, además de estar comprometida con la música, es una defensora activa de los derechos humanos, siendo nombrada Cónsul Honoraria por Amnistía Internacional en 2015.
Irene Montero ha elevado a leyes sus más retorcidos dogmas feministas. La ley de “sólo sí es sí” ha sido su éxito más clamoroso -que en un efecto boomerang probablemente calculado- ha beneficiado hasta la fecha a 1.205 delincuentes sexuales, violadores y pederastas, con reducciones de sus penas.
Con Sánchez llegó al poder un feminismo extremista y radical, que odia al hombre, a quien considera violador como lo afirmó la secretaria de Estado de Igualdad Ángela Rodríguez.