Una novela alemana publicada hace casi 250 años podría ser la clave para aliviar los nefastos y molestos padecimientos del guayabo…
Hay todo tipo de escritores, pero en particular abundan dos: los que paren y los que empollan. Cada uno se distingue por su forma de enfrentar a la página en blanco y en cada práctica de escritura se esconden rituales y manías que forman parte de los entretelones de la creación. | Foto cortesía