El llamado a una unidad “pret-a-porter” y de circunstancia, para sortear una circunstancia sin que ayude a resolver lo que no es circunstancial, es un acto de vanidad, como llamar al pueblo para que otra vez se exprese.
Son ellos los herederos de la ética izquierdista de los académicos e intelectuales, y es desde ese manual que le pretenden explicar realidades que les son ajenas.