
Según fuentes ucranianas, en la ciudad, asediada desde hace más de un mes y medio, permanecen cerca de 100 mil civiles. Rusia asegura que es posible comenzar a restaurar la vida pacífica en la ciudad portuaria.
La alerta se da en el contexto en el que el Ministerio de Defensa ucraniano advirtió con anterioridad sobre la alta probabilidad de que el Ejército ruso empleara armas químicas durante los ataques.
“Continuamos las negociaciones en régimen de videoconferencia. Nuestras posturas sobre Crimea y Donbás son inamovibles”, escribió Vladímir Medinski, negociador jefe ruso, en su canal de Telegram.
Entes multilaterales urgen que se permita hacer llegar ayuda a 400 mil personas, que han estado atrapadas durante más de una semana sin comida, agua ni electricidad.