La implosión habría matado instantáneamente a los pasajeros del sumergible que desde el pasado domingo estaba desaparecido en aguas del Atlántico norte, y que desató cuatro días de búsqueda contrarreloj.
“La chatarra de la embarcación contiene 9,6 toneladas de amianto, una sustancia con potencial tóxico y cancerígeno, así como 644 toneladas de tintas y otros materiales peligrosos”, advierte el organismo.