La jueza Angelimar Carmona negó la solicitud sin mayores explicaciones. Desde 2009 Afiuni es parte de los más de 230 presos políticos que existen en el país.
“No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Este refrán ilustra a la perfección la actitud del TSJ en el caso de la suspendida jueza, señala la organización Acceso a la Justicia.
Ambos presos políticos recién liberados señalan que la dictadura mantiene las medidas cautelares en su contra.
Nelson Afiuni, hermano de la jueza, dijo que aunque la Fiscalía objetó que “no se pudo comprobar ningún delito” y pedía la absolución, el juez la condenó por “corrupción espiritual”.