¿Qué haría un brasileño con una máquina del tiempo? De seguro viajaría al 16 de julio de 1950 para impedir que la peor de las tristezas logre apoderarse del país.
Para ese entonces María de Lourdes Silva sólo tenía 8 años cuando fue testigo directo del Maracanazo, la mayor tragedia del fútbol brasileño y que este jueves completará 70 años.