La aplicación del gravamen exacerba los costos operativos de los comerciantes, quienes deben hacer frente a una normativa improvisada y poco clara que busca aumentar las ganancias fiscales del régimen.
Mientras logran actualizar sus máquinas fiscales para comenzar a aplicar el IGTF, algunos comercios no aceptarán pagos en divisas. El sector comercial asegura que el nuevo impuesto disminuirá las ventas y favorecerá al comercio informal.