
El imperio de la disolución y de la arbitrariedad, en un marco de ausencia de contenciones que ya dura 25 años hasta el pasado 28 de julio, ha dejado como herencia lo señalado, obra de desviaciones intelectuales acerca de la libertad y de la emancipación social y al corromperse a las instituciones de mediación.
Y este estadio sobrepasa ampliamente las reconocidas tramoyas de atropellos a las voces de indignación y el hartazgo social. Cuando el sistema escala al sadismo, saña, crueldad y cinismo como política sistemática de Estado.
A los miles de víctimas del régimen militar represor instalado e investigado por la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, se le agregan ahora 24 personas asesinadas por armas de fuego, mientras Maduro Moros se solaza ordenando detener a 2.229 personas que llama “terroristas”.
Mientras el Pontífice se encontraba en Asia, Edmundo González Urrutia llegó a España en condición de asilado político después de que el Tribunal Supremo de Justicia emitiera una orden de detención en su contra.
Mas no es de desestimar, en igual orden, que las víctimas de los terroristas de la droga -el pueblo en su conjunto- animadas por el miedo, la rabia, el dolor naturalmente exacerbado, aspiren a que en Quito insurja otro Nayib Bukele.
Chagid Bacha, que tiene 27 años y nació en Caracas, junto a otros voluntarios, ayudó a sobrevivientes de la explosión a limpiar sus casas y apartamentos que perdieron las paredes, puertas y ventanas. Lo que más le sorprendió fue escuchar sus historias.