
La narrativa, que resultó un infundio, sin embargo tenía un inesperado correlato con la realidad: la quiebra de un banco en Skopje reveló la existencia de un anillo de empresas y sus dueños venezolanos, algunos muy cercanos a Pdvsa.
El gobierno emitió un comunicado a través del cual desmiente haber formado parte del presunto saboteo informático a las máquinas electorales del CNE durante las elecciones del 28 de julio.