Leopoldo López equiparó las parlamentarias con los comicios de la Asamblea Nacional Constituyente y con las últimas elecciones presidenciales. Recordó que el objetivo de Guaidó sigue siendo “promover elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables”.
La semana pasada, en estas mismas páginas del Correo del Caroní, Francesca Díaz publicó un provocador artículo acerca de los libros malos. Su lectura generó en mí algunos recuerdos y reflexiones.
Ilusorio creer que exista autoridad judicial alguna en Venezuela, con voluntad de reparar semejantes despropósitos de la Sala Constitucional. Pero hay que levantar acta del atropello.
Sólo falta que encarcelen a Guaidó y que la diáspora se multiplique, crezca todavía más y exponencialmente, comprometiendo la gobernabilidad de Colombia, que es su primer destino, la estabilidad económica regional, y la propia paz y seguridad en las Américas.
La coalición de organizaciones que trabaja por el rescate de la democracia informó que el 5 de enero está previsto que el diputado Juan Guaidó asuma como presidente de la Asamblea Nacional.
El 10 de enero de 2019 se está convirtiendo en una fecha simbólica, y hay la sospecha que se puede quedar en el puro simbolismo, si no se acuerpa una fuerza que desde la denuncia de la ilegitimidad de Maduro, se comprometa a fondo a superar la hegemonía.