Le debo mucho de lo que he sido y quizás seré en los años que aún pueden quedarme de vida. Quiero dejar constancia ante toda su familia, incluidos quienes partieron antes que él, de mi amistad y cariño incondicionales.
Nunca más una Venezuela dividida, mucho menos por un caudillo. Los caudillos pertenecen al siglo XIX. Nunca más abrir las puertas a corruptos, vengan de donde vengan.