A juicio de los magistrados ingleses, la jueza Cockreill tuvo una decisión acertada de descartar los dictámenes del TSJ venezolano, porque aceptarlas habría violado el precepto inglés de “una sola voz”.
Con un juicio de cuatro días buscan determinar si reconocen o no las decisiones del TSJ que declaran inválidas las decisiones de la junta ad hoc del Banco Central de Venezuela.
Consideran que el anuncio confirma la incapacidad operativa y evidencia la pérdida de capital financiero que impide, incluso, realizar los pagos de las nóminas y honrar pasivos laborales.
Denuncian que Venalum, empresa que llegó a ser la más rentable del mundo, ahora está “paralizada y destrozada y además con deudas multimillonarias”. | Foto Archivo
Ilusorio creer que exista autoridad judicial alguna en Venezuela, con voluntad de reparar semejantes despropósitos de la Sala Constitucional. Pero hay que levantar acta del atropello.