“No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Este refrán ilustra a la perfección la actitud del TSJ en el caso de la suspendida jueza, señala la organización Acceso a la Justicia.
Desde hace unos años unos cuantos gobiernos autoritarios y progresista ante la amenaza en que se había convertido la Corte IDH, resolvieron desconocerla o conquistarla. Correa fue uno de los cabecillas para esto último.