Pobreza y enfermedad fue la herencia de la mala administración de las empresas básicas de Guayana, males que hoy aquejan a todos los adultos mayores para quienes la jubilación “era un sueño”.
Los afectados exigen la restitución de sus beneficios, así como servicios médicos y seguridad alimentaria.
Para los gremios docentes en el estado Bolívar se trata de una nueva arremetida del gobierno regional contra el magisterio.
Ana Luisa Mares fue removida de su cargo el mismo día que el tribunal debía hacer la inspección judicial en la Alcaldía de Caroní, para auditar documentación clave de la contratación de Fospuca.
Julia Rengifo tiene 63 años de edad y muchas preocupaciones. Así no fue que planificó vivir su vejez. Por eso se preparó profesionalmente, ejerció su carrera por más de dos décadas ininterrumpidas, invirtió en bienes junto a su esposo y formó a sus hijos. Pero ahora, como jubilada, enfrenta la precariedad de esperar la quincena para sacar cuentas y priorizar entre comida y medicamentos.
Los trabajadores se enfrentan además a una posible jubilación tras liderar protestas por mejoras salariales y exigir el reintegro a las plantas, en un contexto de persecución sindical y pérdida de beneficios. | Foto William Urdaneta
En Villa Colombia, la populosa urbanización construida para los trabajadores de las empresas básicas, los ancianos sobreviven por la caridad de sus hijos y reduciendo el número de comidas. Poco preocupa la COVID-19 sino la incertidumbre por el sustento del próximo día.
La ONG Acceso a la Justicia analizó lo que por años ha cobrado el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales a cada trabajador, para que en la actualidad no tengan acceso a crédito de vivienda, indemnización por desempleo y pensiones que no permiten el disfrute de una vejez digna.