
El evento que comenzó el 7 de marzo de 2019 en Venezuela quedó registrado como uno de los más largos de la historia. Las secuelas siguen permeando en un país que sufre una crisis humanitaria compleja y los correctivos aún no llegan.
En 2018 más de 6 mil personas quedaron afectadas por la crecida del río. Muchos tuvieron que mudarse a refugios o a la casa de algunos familiares al quedar inhabitables sus viviendas.
La apertura de aliviaderos de forma abrupta podrían generar nuevas inundaciones en las riberas del Caroní. Desde 2018 comunidades de Castillito han sido las principales afectadas por la crecida del río.