Apareció, entonces, alguien como aquel “jeque árabe” que estafó en la década de los años 80, pero que ahora por los tiempos socialistas, se disfrazó de médico y con aval de los “líderes” se hizo autoridad sanitaria.
El verborrágico militar -histriónico, ególatra, estraperlista y embaucador- no tuvo el más mínimo escrúpulo para disfrazarse de salvador, a fin de ofrecer villas, castillos y una vida cómoda y holgada a todo bípedo en edad de votar.