Los organismos internacionales y los países democráticos tienen una gran responsabilidad y aunque la salida no es fácil deben de una vez por todas “ir a las cosas” como recomendaba Ortega y Gasset.
La isla colombiana se convirtió en una ruta alternativa a la selva del Darién para los migrantes que intentan llegar a Centroamérica y luego a Estados Unidos.
“Corrupt Island” sería un verdadero santuario a prueba de escuadrones de capturas; de cazarrecompensas de los alertas rojos, azules o hasta morados de Interpol; pero sobre todo, a salvo de las estorbosas extradiciones.
La obra fue escrita por el doctor Wolfgang Scherer Gruber y corresponde a su trabajo de incorporación como Individuo de Número (Sillón IX) de la corporación.
Sicilia huele a mar. Sicilia huele a azahares de sus naranjas almibaradas. Sicilia huele a tierra fértil, esa tierra hija del volcán Etna. Sicilia huele a pan.