
El ingeniero agrícola llegó hace 28 años a Santa Elena de Uairén buscando un sitio para vivir y hacer familia en contacto con la naturaleza. Casi 30 años después de esa aventura, es testigo en primera fila de la destrucción de la Gran Sabana.
En el 2022, Clima 21 y el Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales presentaron un informe en el que denunciaron que los ecosistemas marino costeros del país están siendo sometidos a “múltiples presiones de origen humano”.