El nivel de desnutrición crónica, aquel que ha estado presente en el paciente a lo largo de la crisis alimentaria y sanitaria del país, se manifiesta en niños a través del retardo en su crecimiento lineal. Está presente en 30% a 35% de los niños.
La transición tormentosa que esta vez cierra su ciclo treintañero para abrir otro con la contracara del Chávez-Carujo, lo hace de manos de un personaje joven e inédito como lo fuera el primero, extraño hasta ayer para la mayoría de los venezolanos, Juan Guaidó.
Guaidó pertenece a la que se me ha dado por llamar “la generación Guaidó”, emulando a la llamada generación del 18; la de 1918; compuesta, y no por casualidad, por jóvenes luchadores contra la dictadura de Gómez, por lo que creo, firmemente, que a esta generación, especialmente me refiero a la que desde 2007 hasta la fecha, a Guaidó le sucedió lo que frecuentemente acontece a quienes resultan ser icónicos protagonistas históricos en contra de toda tiranía opresiva y represiva, estaban en el momento exacto y en el lugar exacto que las circunstancias le pusieron por delante.