Pocas veces se equivocó el poeta Héctor Lavoe. Una de ellas fue cuando afirmó que nadie ya procura leer un periódico de ayer. En realidad, un periódico no está hecho solo para el presente. Al día siguiente, ese viejo periódico se convierte en un valioso documento que debemos preservar para que los lectores del mañana puedan a su vez vernos y verse.