
En la Biblioteca Febres Cordero, en Mérida, existen once hojas sueltas elaboradas en el estado Bolívar durante los siglos XIX y XX. Un tesoro de papel y tinta que bien vale la pena preservar y conocer.
La disminución del presupuesto, la partidización, la indiferencia hacia la preservación del patrimonio y la constante política de arrase y refundación han sido más destructoras de bibliotecas que el fuego, el agua y los insectos.