¡Cómo serán de graves los crímenes de lesa humanidad allí documentados, organizados desde el Palacio de Miraflores, que la propia ONU, patio del celestinaje mundial de las izquierdas, mal pudo morigerarlo! Así escribe en su columna semanal Asdrúbal Aguiar.
Debe también el lector evaluar la virulencia de los ataques que recibió Almagro. Y no es fácil, no se le puede dar un cheque en blanco a él, pero tampoco a aquellos quienes lo atacaron.