El balotaje uruguayo se da en un contexto de relativa estabilidad política, con un índice inflacionario que va a la baja y la tasa de empleabilidad y salarios reales al alza.
El expresidente uruguayo afirma que “lo que está claro es que en Venezuela no hay respeto elemental a la oposición y eso perturba y crea una situación de que eso no se puede llamar democracia”.