
El opositor, actualmente asilado en España, resaltó que el 10 de enero se debe dejar atrás la división y el odio para avanzar unidos por el reencuentro y la unidad nacional.
Para la elaboración del ranking, el Proyecto de Justicia Mundial tomó en cuenta ocho factores principales para determinar el índice de Estado de derecho: Restricciones a los poderes gubernamentales (donde Venezuela logró 0,18 de 1,00); Ausencia de corrupción (0,26); Derechos fundamentales (0,29), Orden y Seguridad, (0,53 -el índice más alto que obtuvo el país-); Cumplimiento normativo (0,19), Justicia civil (0,25); Justicia penal (0,11).
La democracia vive, pues, una importante crisis frente a estas nuevas formas de “dictadura”; ya no con el empoderamiento de dictaduras militares sino bajo democracias de utilería que imponen regímenes de la mentira.
Pero ahora la función es, enteramente a los ojos de la gente, de mandaderos de la revolución y sus beneficios. Es decir, es un cuento largo y casi de humor negro, lo de la justicia popular.
El ranking fue publicado este 25 de octubre y en el estudio se califica varios factores en el sistema de justicia de cada país.
A lo largo de este tiempo se hacen máximas de la experiencia la destitución de jueces sin fórmula de juicio y su sustitución por abogados próximos al “autoritarismo electivo” de turno.
A pesar de que el país norteamericano goza de unos niveles relativamente altos de adhesión al Estado de derecho en comparación con otros países, en varios de los indicadores que mide el WJP se encuentra casi a la cola del mundo.
Rafael González Prada, representante del Movimiento Socio Político Laboral en el estado Anzoátegui, informó que el objetivo de la iniciativa es llevar la lucha laboral a otro nivel, con esta plataforma amplia que abarque Bolívar, Delta Amacuro, Monagas, Sucre y Anzoátegui.
La observación desplegada por la Unión Europea destaca mejoras técnicas y un mayor equilibrio del CNE aunque remarca las deficiencias estructurales como la falta de independencia judicial, el extendido uso de recursos del Estado para hacer campaña y acceso desigual a los medios.
Estos 22 años de socialismo del siglo XXI, Venezuela ha estado plagada de advertencias sobre los peligros a la libertad: todas fueron desestimadas. En opinión de diversos sectores no había alarma de algún propósito dictatorial.