Ya sea como actores o espectadores, el teatro enriquece el alma de quien participa de él, y en palabras de la directora de Fundación Guayanita, las artes pueden potenciar muchas cualidades en los niños y al mismo tiempo ser una fuente de aprendizaje para ellos.
Esa necesidad de figurar es una hambruna propiciada por la echonería generalizada. Se podría decir que la echonería es una invitación a la corrupción desde todo punto de vista.