Mi amigo Rafael Rattia desafía al poderoso con la infinita contundencia de su verbo: siempre enjundioso y profundo, porque es un hombre que estudia todos los días.
Cuando se trata de proporcionarse el mayor bienestar, los de la cúpula no tienen ningún límite. Se lo dan todo con el dispendio y el boato con el que lo hacía Nerón. | Foto EFE