
Lo que no debemos hacer es caer de nuevo en un electoralismo sin sentido a tres años de distancia del momento en que se empezaría el cambio de régimen en caso de triunfar y de que ellos aceptaran pacíficamente el proceso y su derrota.
Quienes seguimos en Venezuela tenemos la enorme responsabilidad de dirigir a un pueblo que tiene que defender lo suyo, individual y colectivamente. La vida, la familia, la propiedad y los derechos básicos de la civilización. Con o sin ayuda internacional.