El solo ejemplo de la industria petrolera es suficiente para expresar lo que llevamos por dentro. Prácticamente desapareció ante la incrédula mirada del mundo. Si esto es así con lo relativo al petróleo ¡cómo estará lo demás!
Ratificamos nuestra convicción sobre el daño que genera el electoralismo agudo que se ha apoderado de algunos dirigentes “opositores”. No estamos en democracia.