No me corresponde lapidar a Michelle Bachelet, menos ponerla en entredicho. Se trata de una dama, incluso siendo la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos. Prefiero rumiar mi legítima indignación como venezolano e hijo de una nación que se ha disuelto bajo la criminalidad y el terrorismo.
En una declaración conjunta, los firmantes han reiterado que las elecciones fueron organizadas por “el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro, carecen de legalidad y legitimidad porque fueron llevadas a cabo sin las mínimas garantías de un proceso democrático, de libertad, seguridad y transparencia”.